Santiago Niño Becerra y el apocalipsis.


¿ Estamos al borde del apocalipsis o es sólo una oportunidad de los listos de siempre para vender libros?
Santiago Niño Becerra, economista, nacido en Barcelona, tiene una opinión muy particular al respecto.


Entrevista publicada en diario La Rioja, 10/11/2010. Pulsa aquí para ver el original.


De la alpargata al Seiscientos, del Seiscientos al Audi y del Audi... a una sociedad en la que la clase media desaparecerá, el 40% de la gente no trabajará jamás y sólo las grandes corporaciones o las microempresas saldrán adelante «por su flexibilidad para adaptarse». ¿Un mensaje apocalíptico? «No, realista; lo anterior era lo atípico», se defiende el economista Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951). El experto catalán, famoso por sus tesis polémicas y radicales, inauguró ayer, en Logroño, el salón 'Oficina Evolutiva 2010'.
- Dos reflexiones que se extraen de su libro 'El crash del 2010, toda la verdad sobre la crisis' (va por la 13ª edición): de esta crisis saldremos, pero costará no menos de diez años, y hemos de mentalizarnos de que cada vez viviremos peor, no mejor.
- Claro que saldremos, pero será largo porque esta crisis es muy semejante a la de la 'gran depresión' de 1929 ya que es una crisis sistémica. Es decir, el modelo de funcionamiento se ha agotado y se ha roto. Por ello llevamos tres años dando palos de ciego, porque las recetas que se siguen utilizando para intentar, entre comillas, salir de la situación responden a un modelo que ya no funciona.
- ¿Cuáles son entonces las nuevas medidas que se deben tomar?
- Lo primero que hay que hacer es sacar a la luz toda la porquería del sistema financiero. Y, una vez conseguido esto, hay que hacer reformas globales y, como se dice en artillería, tirar por elevación. Es decir, no basta con actuar sobre unos bancos, sino reestructurar todo el sistema bancario, y el nuevo modelo debe estar basado en la eficiencia, la productividad y la cooperación, a diferencia del anterior que estaba basado en el crecimiento por el crecimiento y el individualismo.
- Y ¿por qué no se adoptan esas soluciones ya?
- Eso también me lo preguntan mis estudiantes en la Universidad Ramón Llull. La respuesta es que, como hacer esas reformas tiene consecuencias, sólo se acometerán cuando las cosas estén realmente degradadas.
- Ah... que aún queda lo peor...
- Desde luego. Lo peor llegará en el 2011, un año durísimo, que vendrá a ser el equivalente al 1930 del 'crack del 29'. El PIB llegará a desplomarse ocho puntos, habrá deflación, caerán las rentas y la inversión, y el paro, por efecto del 'decalaje', alcanzará el 30% en el 2012. Y esto será así porque se agotarán todos los planes que se han puesto en marcha. No hay milagro posible.
- ¿Y qué más le dicen sus alumnos?
- Tienen claro que no cobrarán pensiones y que vivirán al día. Pura y dura supervivencia.
- ¿Cómo hemos llegado a esto?
- Por una orgía del crédito, de la que no culpo a nadie, ni siquiera a los bancos. Era el modelo de crecimiento que nos habíamos dado.
«El final» del juego político
- Usted sostiene que la economía es más importante que la política, pero son los políticos los que toman las decisiones económicas.
- ¡No!, ¡qué va!... Al señor Rodríguez Zapatero le llama el presidente del Gobierno de La Rioja y puede que ni se ponga al teléfono. Le llama Emilio Botín y se pone, ¡vaya que si se pone! La economía siempre ha estado por encima de la política, aunque a los ciudadanos nos hayan hecho creer otra cosa. Pero es que, además, esto ha llegado al final y, por ejemplo, desde septiembre se están tomando unas decisiones tremendas en Bruselas que están desmontando el juego político tal y como lo entendíamos.
- Pero si los políticos de cada país frenan después esas decisiones.
- No las frenarán porque una de consecuencias de la crisis es que los conceptos de Estado y de región, sin desaparecer, sí se van a superar mucho, y lo que se potenciará son los ayuntamientos y los cluster (agrupaciones), lo que es bueno porque a través de ellos se van a salvar nacionalismos. Pero el problema que tienen es que obligan a pensar en clave muy colaboradora, algo en lo que los españoles somos muy malos.
- En La Rioja no sólo se piensa en ellos, sino que ya hay proyectos concretos.
- Pues ¡genial!, porque ese es claramente el camino.
- ¿Cómo ve la economía riojana?
-Muy bien, porque la región es pequeña, con poca población y ese es un factor a tener en cuenta ya que la salida de la crisis hará innecesaria a mucha gente, hasta el punto de que el paro estructural nunca bajará del 15% en España. Eso sí, la evolución natural de La Rioja es acercarse a Euskadi y Navarra, claramente. No veo el eje del Ebro como un cluster.
- Pero La Rioja topa ahí con un problema: el País Vasco y Navarra gozan de autonomía financiera.
- Eso se puede arreglar. La Rioja tiene una balanza fiscal (diferencia entre los ingresos tributarios que percibe el Estado de la región y el gasto y la inversión que realiza en ella) prácticamente equilibrada y me atrevo a decir que podría tener autonomía financiera. Otra cosa es que, a nivel político, el Gobierno regional quiera o no pedirlo. El problema que tiene La Rioja es que no cuenta con una fuerza nacionalista fuerte, y los partidos con poder son de ámbito nacional que gobiernan aquí y en otros sitios. Pero como yo parto del supuesto de que la política y el tema del Estado van a ir a menos, insisto en que La Rioja podría optar a ello.
- Pero mientras llegue ese momento, los políticos siguen empeñados en intentar convencer a la población de que los que mandan son ellos y, además, independientemente de su color político, se obsesionan en falsear la realidad con mensajes optimistas. ¿O no?
- Claro que lo hacen. Por dos motivos: porque, o bien buscan conservar su silla y/o ganarla si no la tienen, o bien, porque los gobiernos aún hablan en clave antigua utilizando las herramientas de antes. Al margen, evidentemente de que somos humanos y todos, los políticos también, tendemos a posponer el dolor y los problemas


Sin embargo, en diario El País encontramos este artículo relacionado ( original).

Niño Becerra aplaza el cataclismo económico a 2011 tras sus errores garrafales de 2010

El economista prevé que el PIB caiga entre el 7% y el 8% y el paro pueda llegar al 30%. -Para 2010 dijo que la economía caería el 4,3% y el descenso va a ser de solo el 0,3%

La catástrofe vende. Algo que los productores de Hollywood tienen claro desde hace mucho, parece que algunos economistas empiezan a explotarlo. En EE UU, Nouriel Roubini ha sido apodado doctor catástrofe por sus negros augurios sobre la economía mundial. En su haber, eso sí, está haber acertado en gran medida con la secuencia de la crisis cuando pocos la intuían, aunque luego llegó a pedir el cierre de los mercados. En España, el catedrático Santiago Niño Becerra es el que parece haberse especializado en la economía del desastre, con enormes ventas de su libro El crash del 2010. Pero tras equivocarse de lleno en algunas de sus profecías para 2010, Niño Becerra vuelve a la carga y pronostica ahora que el crash será en 2011.

En una conferencia pronunciada en Logroño y cuyo contenido ha sido recogido por la agencia Efe, el catedrático de Estructura Económica auguró ayer que el paro puede llegar en España al 30% de la población activa a finales de 2011 y principios de 2012 y que el producto interior bruto (PIB) tendrá una caída de entre el 7% y el 8%. Niño Becerra, autor de El crash del 2010, afirmó que "el año durísimo" de la crisis será 2011, lo mismo que en la Gran Depresión de 1929 ocurrió en 1930.

Pero si se echa la vista atrás se puede comprobar que Niño Becerra proclamaba hace solo unos meses lo durísima que iba a ser la crisis en 2010, mucho más de lo que en realidad ha sido. Tras hacer un diagnóstico compartido por la mayoría de los economistas sobre el impacto que iban a tener la retirada de los estímulos públicos, los problemas financieros y el aumento del desempleo, Niño Becerra aportaba su mayor dosis de originalidad en sus previsiones: "Para 2010 estimo que el PIB español experimentará una tasa de variación de entre el -4,4% y el -4,2%. Y nuestra tasa de desempleo se situará entre el 22,0% y el 23,0% de la población activa, y ello sin considerar ni el desempleo encubierto ni el subempleo", sostenía en febrero pasado.

Pues bien, en lugar de una caída del 4,2%, el retroceso del PIB va a ser del 0,3%, la catorceava parte de su previsión. En cuanto al paro, el error tampoco está mal: hay unos 600.000 parados menos de los que Niño Becerra pronosticaba, lo cual, para una previsión formulada hace solo unos meses, no es poca cosa. Según Niño Becerra buena parte de los españoles se iba a encontrar este año a la vuelta de las vacaciones con que había perdido su empleo y lo que se ha encontrado es que en el tercer trimestre ha bajado la tasa de paro por primera vez desde que estalló la crisis. En abril pasado, Niño Becerra sostenía que España se situaría al borde de la deflación este año con una tasa de inflación entre el 0,0% y el 0,5% y estamos en el 2,1% con el dato de octubre.

La reseña de la conferencia difundida por Efe no da cuenta de que Niño Becerra se haya disculpado por esos errores garrafales. Lo que ha hecho es aplazar un poco la catástrofe. Según el autor de El crash de 2010, será a finales de 2011 cuando España caerá en deflación, con un proceso de "caída en las rentas, en el consumo, en la inversión y en los precios".

El catedrático de la Universidad Ramón Llull descargó de "culpa" en la crisis a bancos y empresas, dado que la situación económica actual "es fruto de una evolución". A partir de los años sesenta, aseguró, el mundo en general inició un proceso en el que "había que crecer y para eso se inundó todo de crédito", lo que desembocó en una situación de agotamiento de la capacidad de endeudamiento. Niño sostuvo que ahora llegó el momento de "digerir" esta situación "por medio de una cirugía muy bestia", siempre según la agencia Efe.

A su juicio, esto pasa "porque toda la porquería que tienen las entidades financieras salga a la luz, que haya absorciones y que se reduzca la capacidad productiva mundial". Como ejemplo de esto último citó al sector del automóvil "en el que ya hay quien habla de que hay un exceso del 20% de coches en el mundo" y "si es así lo lógico es reducir ese superávit, aunque eso implique consecuencias como el cierre de las plantas españolas".

Finalmente, propuso, con esas y otras medidas, alcanzar un modelo basado en la eficiencia y la productividad, frente al "crecimiento por el crecimiento" de los últimos años.

La reseña de la agencia Efe tampoco dice nada sobre si Niño Becerra escribirá un nuevo libro con esas teorías. Se podría llamar El crash del 2011.


No esta mal. Sinceramente, espero que se equivoque, y creo que lo hará. Sin embargo si creo que dice algunas verdades. Hemos vivido unos años de locura, igual que antes del crack del 29. Ese crack fue durísimo y duro varios años, se estuvo cayendo en picado prácticamente durante 4 años y la recuperación fue lenta y dolorosa, creando el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de los regímenes fascistas.

En pocos meses veremos como acaba todo esto.





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